Interesante tema si no se cae en el cliché de las tres C –comer, cagar y coger– y reír.
Yo diría que llegar a orinar después de horas de recurrir y abusar de los ejercicios de Kegel: orgásmico. De la misma forma, echarte en tu sillón después de horas de caminar por la ciudad, en un día lleno de encomiendas y gestiones (mandados). También, lograr sacar esa mucosidad que tanto te ha estorbado. Y por último: poder, al fin, estar a solas para soltar, como dios manda, ese pedo que has guardado por mucho tiempo.