Saco un revólver y le disparo primero a él, tratando de no gastar muchas balas. No es nada personal, pero me estorbaría para hablar con ella a solas. Luego, le digo a ella que "La quiero mucho, mi amor" y acto seguido le destapo los sesos también. Luego pongo música de Ludovico Einaudi y me recuesto en algún muro de la casa que esté libre y pinto con mi cerebro el mejor mural que se pueda pintar.
Ya hablando en serio, probablemente solo me quedaría viendo y trataría de recoger alguna prueba. Le pediría a él que se fuera, luego la abrazaría a ella y le diría que la perdono, desde antes la perdono...desde siempre la perdono... Luego la soltaría y seguramente me iría yo, para que no me viera llorar con esa mezcla de rabia, tristeza e impotencia que por lo general no podemos controlar, a pensar, a digerir la noticia y a pensar en qué hacer. Ya una vez solo, quien sabe...