Los adolescentes de ahora tienen mucho más fácil el accesar material para sacudir la nutria.
En los tiempos de colegio de los que ya pasamos la mitad de los veintitantos años, lo que uno pasaba para conocer los atributos del sexo opuesto, era toda una aventura. Desarrollaba uno habilidades furtivas, o para esconder cosas. Desarrollaba también habilidades para negociar, y más que todo, habilidades para planear.
1- Lo más usual, negociar la compra e intercambio de páginas de revistas porno o catálogos de ropa íntima en el patio del colegio o en el parque.
2- Usualmente, el televisor con VHS (léase el equivalente en aquellos tiempos al DVD para los más chamacos de hoy en día), estaba en la sala o el cuarto de los papás. No había internet, no todos los cuartos tenían televisor, y menos VHS o cable. Así que, se las arreglaba uno para que le prestara algún compañero o amigo de colegio una cinta de prácticamente lo que fuera que contuviera el material deseado de muchachas pobres sin ropa. Finalmente, planear un día que lo dejaran a uno solo en la casa para ver el show.
- Bono por el desarrollo de experiencia en habilidades ninja, si se levantaba a mitad de la noche para ver las cintas de VHS, o poner Canal 19 en el televisor de la sala con el resto de la familia durmiendo y no lo pescaron.
- Bono doble en la anterior si le habían prestado la cinta al compañero que se la prestó.
3 - Desarrollar la habilidad suficiente para esconder el material en la casa de manera tan elaborada y secreta, que no lo encontraba ni la CIA. Mucho menos los papás o los profesores en el colegio.
Nota: no se hagan los que no saben, ni se hagan las santas palomitas. Si fue un adolescente calenturiento en las épocas de la década de 1990 para atrás, sabe de qué hablo. Y también hizo alguna vez cualesquiera de las cosas que mencioné anteriormente. Sinvergüenzón.