El problema en este país es, en dos platos, que queremos servicios públicos del primer mundo. Pero pagamos impuestos del cuarto mundo.
EL siguiente cuadro muestra una comparación para 186 países, entre su nivel de PIB por habitante en US$ de PPP en el eje horizontal; y el porcentaje del PIB que se recauda en Ingresos del Gobierno en el eje vertical.
En general, a medida que aumenta el nivel de ingreso de la población (medido por el PIB per capita), la demanda por bienes y servicios aumenta, entre ellos los biene del Estado. Todos queremos mejor infraestructura pública entre otros. Pero esto requiere más ingresos fiscales. Por eso hay una leve tendencia positiva entre ambas variables.
Pero si se observa, el caso de Costa Rica es bastante extremo: comparado con países de similar nivel de desarrollo, lo que recauda de impuestos como porcentaje del PIB es el más bajo: nuestro país tiene un deficiente sistema de recaudación fiscal, que imposibilita mantener, entre otras cosas, un sistema decente de carreteras.
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Se dice que para qué dar más plata al fisco si se la roban. Eso es absurdo. Es cierto que existe corrupción en la función pública. Pero nuestro país no es ni más corrupto que la media. Y por desgracia siempre habrá un nivel de corrupción. La discusión es que haya o no. Sino más bien mantener la corrupción a niveles tolerables, y generar sistemas de incentivos y fiscalización que la disminuyan lo más posible. Pero entender que siempre habrá corrupción.
Pero eso es una discusión seria, algo que poco se da en el país. Menos en vísperas de elecciones.
