¿Por qué los medios de prensa, tan proclives al sensacionalismo, han ocultado este juicio en EEUU?
Sin duda, existen fuertes intereses económicos detrás de la "industria" del aborto. Solo en España se asesinan por medio del aborto legal a 300 niños por nacer.
Este médico de la noticia es un fiel reflejo de la forma como actúan estos abortistas. Y pensar que en Costa Rica tenemos diputadas y diputados que simpatizan con este tipo de personas y movimientos.
Diario La Extra, 18 de abril de 2013
UN ASESINO EN SERIE
Según lo ha denunciado Lifesitenews, en Estados Unidos en este momento se sigue un juicio contra el médico Kermit Gosnell, acusado con ocho cargos de asesinato en primer grado.
Entre esos asesinatos algunos fueron de bebés que sobrevivieron a abortos tardíos que practicó en su clínica abortiva en Filadelfia.
El juicio ha puesto al descubierto el horror del negocio del aborto. Su clínica es ahora llamada la “casa del terror”; y no puede ser llamada de otra forma al ver las fotografías de bebés decapitados y cuerpos mutilados.
Durante el juicio se han escuchado terribles testimonios de ex trabajadores y hasta cómplices de Gosnell que declararon haberle visto matar bebés recién nacidos con más de 24 semanas de gestación para “terminar” lo que éste asesino consideraba abortos “inconclusos”. En otras palabras, si un bebé sobrevivía el procedimiento de aborto, no los auxiliaba, sino que los mataba fuera del vientre materno.
Puede que la crudeza de lo que relato le parezca inaudito. Lo que ha que tener en consideración es que, en realidad todo abortista no es otra cosa más que un asesino en serie, puesto que lo que hace es matar seres humanos inocentes e indefensos en forma sistemática.
Se dice que el acusado, cortaba la columna vertebral de los bebés, su cuello en el vientre materno, y cuando se enteraba que habían nacido con vida, les cortaba su garganta; se han encontrado en un congelador hasta 47 cuerpos de bebes asesinados.
Además, se ha descubierto que era un agresor de mujeres mediante actos de violencia realmente vergonzosos. Esto no debería sorprendernos. Para matar a niños, se necesita ser una persona deformada, peligrosa y sin conciencia. La violencia de Gosnell no es otra cosa más que el resultado directo del hecho de que en los Estados Unidos el aborto se considera un acto “bueno” y “legal”. Cuando el ordenamiento jurídico permite a los seres humanos matar a otros seres humanos inocentes al amparo de la ley, se abre la puerta a un mundo en que la maldad ya no es más considerada maldad.
Hago mías las palabras expresadas por la Madre Teresa de Calcuta, en un maravilloso discurso, al recibir el Premio Nóbel de la Paz en Oslo, Noruega, en Diciembre 11, 1979: “Pero yo siento que el aborto es el gran destructor de la paz, porque es una guerra directa, una matanza directa, directo asesinato por parte de la propia madre. Y nosotros leemos en las Escrituras, porque Dios lo dice muy claramente. “Aunque una madre se olvide de su hijo, Yo no te olvidaré. Te tengo grabado en la palma de Mi Mano.” Nosotros estamos grabados en la palma de Su Mano, tan cerca de Él, ese niño no nacido ha sido grabado en la palma de Su Mano. Y esto es lo que pega más fuerte, el comienzo de esta oración, que aunque la madre pueda olvidarse de algo imposible –aún si ella se olvida – “Yo no te olvidaré.” Y hoy el gran destructor de la paz es el aborto. Y nosotros los que estamos hoy aquí – fuimos deseados por nuestros padres. No estaríamos hoy aquí si nuestros padres nos hubieran hecho esto a nosotros”.
¿Cuántos como Gosnell siguen matando en los Estados Unidos, sin ser vistos? Peor aún: ¿Cuántos como Gosnell son laureados por su labor?
Lo que duele pensar, es que a pesar de las pruebas, y los grandes medios de comunicación han guardado el silencio sobre este tema para ocultar así lo sucedido a la opinión pública.
Estoy totalmente convencida que si estos hechos se le imputaran a una persona pro vida, entonces si estarían informando de lo sucedido, pero como se refieren a un reconocido abortista, entonces callan. ¡Qué vergüenza!
Así las cosas, es nuestra responsabilidad decir la verdad, exponer la oscuridad de la cultura de la muerte. Son nuestras voces las que deben denunciar lo ocurrido; después de lo que se descubrió en la “casa del terror” de Gosnell nadie debe dudar que el aborto es un crimen pavoroso donde la víctima es un ser humano inocente e indefenso.
Sin duda, existen fuertes intereses económicos detrás de la "industria" del aborto. Solo en España se asesinan por medio del aborto legal a 300 niños por nacer.
Este médico de la noticia es un fiel reflejo de la forma como actúan estos abortistas. Y pensar que en Costa Rica tenemos diputadas y diputados que simpatizan con este tipo de personas y movimientos.
Diario La Extra, 18 de abril de 2013
UN ASESINO EN SERIE
Según lo ha denunciado Lifesitenews, en Estados Unidos en este momento se sigue un juicio contra el médico Kermit Gosnell, acusado con ocho cargos de asesinato en primer grado.
Entre esos asesinatos algunos fueron de bebés que sobrevivieron a abortos tardíos que practicó en su clínica abortiva en Filadelfia.
El juicio ha puesto al descubierto el horror del negocio del aborto. Su clínica es ahora llamada la “casa del terror”; y no puede ser llamada de otra forma al ver las fotografías de bebés decapitados y cuerpos mutilados.
Durante el juicio se han escuchado terribles testimonios de ex trabajadores y hasta cómplices de Gosnell que declararon haberle visto matar bebés recién nacidos con más de 24 semanas de gestación para “terminar” lo que éste asesino consideraba abortos “inconclusos”. En otras palabras, si un bebé sobrevivía el procedimiento de aborto, no los auxiliaba, sino que los mataba fuera del vientre materno.
Puede que la crudeza de lo que relato le parezca inaudito. Lo que ha que tener en consideración es que, en realidad todo abortista no es otra cosa más que un asesino en serie, puesto que lo que hace es matar seres humanos inocentes e indefensos en forma sistemática.
Se dice que el acusado, cortaba la columna vertebral de los bebés, su cuello en el vientre materno, y cuando se enteraba que habían nacido con vida, les cortaba su garganta; se han encontrado en un congelador hasta 47 cuerpos de bebes asesinados.
Además, se ha descubierto que era un agresor de mujeres mediante actos de violencia realmente vergonzosos. Esto no debería sorprendernos. Para matar a niños, se necesita ser una persona deformada, peligrosa y sin conciencia. La violencia de Gosnell no es otra cosa más que el resultado directo del hecho de que en los Estados Unidos el aborto se considera un acto “bueno” y “legal”. Cuando el ordenamiento jurídico permite a los seres humanos matar a otros seres humanos inocentes al amparo de la ley, se abre la puerta a un mundo en que la maldad ya no es más considerada maldad.
Hago mías las palabras expresadas por la Madre Teresa de Calcuta, en un maravilloso discurso, al recibir el Premio Nóbel de la Paz en Oslo, Noruega, en Diciembre 11, 1979: “Pero yo siento que el aborto es el gran destructor de la paz, porque es una guerra directa, una matanza directa, directo asesinato por parte de la propia madre. Y nosotros leemos en las Escrituras, porque Dios lo dice muy claramente. “Aunque una madre se olvide de su hijo, Yo no te olvidaré. Te tengo grabado en la palma de Mi Mano.” Nosotros estamos grabados en la palma de Su Mano, tan cerca de Él, ese niño no nacido ha sido grabado en la palma de Su Mano. Y esto es lo que pega más fuerte, el comienzo de esta oración, que aunque la madre pueda olvidarse de algo imposible –aún si ella se olvida – “Yo no te olvidaré.” Y hoy el gran destructor de la paz es el aborto. Y nosotros los que estamos hoy aquí – fuimos deseados por nuestros padres. No estaríamos hoy aquí si nuestros padres nos hubieran hecho esto a nosotros”.
¿Cuántos como Gosnell siguen matando en los Estados Unidos, sin ser vistos? Peor aún: ¿Cuántos como Gosnell son laureados por su labor?
Lo que duele pensar, es que a pesar de las pruebas, y los grandes medios de comunicación han guardado el silencio sobre este tema para ocultar así lo sucedido a la opinión pública.
Estoy totalmente convencida que si estos hechos se le imputaran a una persona pro vida, entonces si estarían informando de lo sucedido, pero como se refieren a un reconocido abortista, entonces callan. ¡Qué vergüenza!
Así las cosas, es nuestra responsabilidad decir la verdad, exponer la oscuridad de la cultura de la muerte. Son nuestras voces las que deben denunciar lo ocurrido; después de lo que se descubrió en la “casa del terror” de Gosnell nadie debe dudar que el aborto es un crimen pavoroso donde la víctima es un ser humano inocente e indefenso.