Desde 1985 yo me dí cuenta de que los ingenieros civiles de Costa Rica, la mayoría proveniente de la UCR, no estaban muy capacitados. Pero el problema es que en esta universidad les hacían creer que con el título de ingeniero ellos resultaban un poco menos que Dios (pero solo un poquito). Quede claro que saco de esto a los otros ingenieros (eléctricos, mecánicos, etc.), a los del Tecnológico y a los arquitectos.
En aquel entonces uno conversaba con un ingeniero civil UCR y eran la mamá de Tarzán, aunque sabía más un maestro de obras que los recién titulados. Lo malo, decía, es que vivían (y viven) de un engaño. Les dicen que son lo mejor de lo mejor y los que hemos andado fuera del país y conocimos ingenieros de otras nacionalidades nos damos cuenta de las serias deficiencias que tienen los ticos.
En conclusión, nada se gana con cambiar gobiernos, ministros y directores en el MOPT y en CONAVI, si los ingenieros no pueden cambiarse, ni en el gobierno ni en la empresa privada. Porque siempre serán ellos los que harán los cálculos y tomarán las decisiones, porque los ministros y similares toman las decisiones que estos ingenieros les recomiendan (sino como harían, se supone que para esos están esos profesionales).
Si trajeran ingenieros chilenos, brasileños, por ejemplo, las cosas cambiarían, pero no se puede porque el sacro Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos nunca lo permitirá.
Así que, de que nos hundimos, nos hundimos.