Dos amigos se encuentran en la ultramoderna oficina de uno de ellos.
- Hola Juan, ¿cómo te va?
- De maravilla Carlos, muchas gracias, a propósito, te felicito, qué hermosa secretaria tienes.
- Pues ahí como la ves, es un robot.
- Ah, ¿Un robot? a ver, explícame.
- Mira, le aprietas una teta y toma dictado, le aprietas la otra y escribe en la computadora, Word, Excel o Power Point o lo que le digas, le lengüeteas la oreja derecha y te sirve café y eso no es todo... hace el amor, mejor que cualquier mujer de carne y hueso.
- ¡No me digas!
- Si, es una maravilla... es más... si quieres te la presto un rato para que te ayude.
El hombre acepta y se la lleva supuestamente a su oficina. A los pocos segundos, desde el baño, se escuchan unos gritos desesperados...
- ¡Aaayyy!, ¡Aaaayyy!, ¡Aaauuuuuxiiiliooo!, ¡¡aaayúúúdenmeée por favooorrr!!
El amigo dueño del robot corre al baño gritándole al otro...
- ¿Carlos! ¡Carlos! ¡Se me olvidó decirte que por detrás es un sacapuntas!