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Wilas

Microrrelatos foreros

Ah muy buena! Ya tengo pensada la siguiente historia.
 
Nació con el don de ver en las personas lo que nadie más era capaz de percibir, es por esta extraña particularidad que veía en Iván el hombre que soñó, desde mucho antes de conocerlo, mientras pintaba montañas al óleo bajo la mirada incisiva de su madre, lo soñó. El hombre que la sostenía frente al ministro era la personificación de sus más profundos anhelos.

Esa misma noche Agnes, sucumbía ante las caricias de las fuertes manos que en algún momento la sacaron del abismo más oscuro de su mente, sentía su piel ardiente bajo el tacto de su amado, mientras su boca áspera exhalaba los gemidos que su cuerpo quería gritar, rindiéndose ante el placer de sentir finalmente la virilidad de su cónyuge penetrando su sexo húmedo y deseoso.

Ella lo miraba mientras dormía, postrado desnudo en su lecho, recorría cada parte de su cuerpo, pensando en la inmensa felicidad que sentía. Pero como crece el cardo que cubre una delicada flor en la insipiente primavera, maduraba esa idea, nuevamente esa idea... Las horas pasaban incrementando la angustia en cada tic tac del enorme reloj de madera que vigilaba la marcha frenética de Agnes alrededor del camastro.

Cada hora era agonía, cada minuto era dolor, cada segundo era ira. El despertar del monstruo que habitaba en ese frágil cuerpo, cegaba el amor que sentía su corazón por aquel hombre que una vez vio en ella la belleza del universo en la noche más lóbrega. Finalmente, con un súbito golpe seco, la solución llegó a su mente.
 
Nació con el don de no sentir culpa. No sabía hasta qué punto era un don, pero fue una característica que le permitió sobrevivir a una infancia traumática y a una juventud un tanto, llamémosle atípica. Ahora estaba más viejo, no tanto pero si lo suficiente para estar algo cansado. Todo en él era gris. Su camisa, su piel, su cabello, las cejas que dejaban ver unos ojos con la inexpresividad que suele acompañar unos ojos también grises. Tenía un aspecto como el de un típico pescador nórdico, solo que fuera de contexto, ya que en Nueva York no habían de ese tipo de pescadores.

La niña era totalmente diferente. Irradiaba alegría de todos los colores, con los cachetes rosados rebozantes de salud y vida. Todo en ella era de color. Desde el destello de sus ojos, hasta su ropa, sus zapatos de charol y la forma en como reía, con todas sus ganas y que contagiaba a todos.

Cuando el viejo la veía pasar, ella le sonreía, mientras él pintaba una columna. Ella le sonreía mientras él pintaba un marco de ventana. Ella le sonreía mientras él pintaba una marquesina. Ella siempre sonreía y él siempre pintaba. Un día, la niña se detuvo y le preguntó:

-¿Cuánto le falta para terminar?-

-Unos días.- balbuceó el viejo.

-¿Le gusta el chocolate?- y antes de que él pudiera responder, sacó un estrujado chocolate de su bolsillo y se lo puso en la mesita donde mezclaba las pinturas. Acto seguido, echó a correr, al llamado de su madre.

De esta manera, entablaron un vínculo que se reducía a unos pocos minutos cada día. Así, la niña se enteró que el viejo tenía varias hijas y una nieta a la que casi nunca podía ver y el viejo se enteró que a la niña le encantaban las fiestas de cumpleaños, con queque y helados.
Unas semanas después, el viejo se presentó en la casa de la niña, llevó queso y fresas. Almorzó junto a la madre de la pequeña y a los hermanos de esta y luego la invitó a la fiesta de cumpleaños de su nieta. La madre accedió y ambos se fueron juntos.

Llegaron a la fiesta y comieron de todo, el viejo se veía contento y la niña mantenía la misma felicidad de siempre. Conoció a la nieta, a las hijas y demás familia del viejo e hizo buenas migas con todos, incluso le obsequiaron un trozo de pastel para que llevara a su casa.

A la mañana siguiente, el viejo se despertó y comprendió que todo había sido un sueño. Bueno, casi todo. No hubo fiesta, ni queque, ni helados, ni nieta, ni demás familiares. Si había niña, se llamaba Grace y tampoco hubo regreso a casa con pastel.

El nombre del viejo era Albert Fish.
 
Ah mae Fulano no! Mae no! Simplemente no mae! Desde que empecé a leer yo sabía que era demasiado bueno para ser cierto.

Muy bien estructurado y narrado mae, excelente!
 
Ah mae Fulano no! Mae no! Simplemente no mae! Desde que empecé a leer yo sabía que era demasiado bueno para ser cierto.

Muy bien estructurado y narrado mae, excelente!


Iba a hablar más del mae en primera persona, pero preferí no hacerlo por aquello que pudiera herir susceptibilidades. Más en estos días, el tema no es como muy desapercibido. (Con toda la razón, obviamente...)
 
Iba a hablar más del mae en primera persona, pero preferí no hacerlo por aquello que pudiera herir susceptibilidades. Más en estos días, el tema no es como muy desapercibido. (Con toda la razón, obviamente...)


Sí claro, así impersonal es mejor. Pero realmente estuvo muy bueno.
 
Nació con el Don develar lo hermoso,lo intangible. Khalil la encontró en una noche fresca como aquellas noches que invitan a entretejer historias de misterios, allí en la hamaca que otras veces había sido participe de cantos de amor y esperanza yacía sentada con una copa de vino y con reflejo de la luna sobre su cabello.

Allí contaba las historias de viejos mercaderes en el puerto, allí le enseño a descubrir la hermosura que va más allá de lo que simplemente vemos, la hermosura que no se mide con tallas exactas, allí le enseño a encontrar lo hermoso del rocío de la flor, de los viejos senderos que recorrían en la infancia, de los juegos en los bosques, del misterio del vuelo del ave y del gozo de la mariposa en el pétalo de la flor.

Allí le enseño a Khalil los secretos de la piedra filosofal, y el rastro del viento, allí se embriagaron de amores y desencuentros

Un día, Khalil recorría junto con ella el viejo sendero como deseando repasar historias y besos, de repente ella le susurró: tengo que regresar a casa, ya llegó la hora de irme. De repente Khalil quedó en silencio, no entendía, se preguntaba porqué se va? Todo este tiempo conmigo y ahora qué? Todo esté tiempo aprendí a mirar con los ojos del alma y ahora qué? Tan solo se va? Cómo se llama?


Khalil había sido cautivado, pero ahora ella tan solo se iba, de repente apareció un torbenillo y ligeramente se fue llevándola con una cierta luz de misterio, Khalil absorto gritó: No te vayas!! Quiero que sigas conmigo!! O al menos dime, cuál es tu nombre???

Exhausto, de correr y gritar, Khalil se sentó en la vieja banca, de repente el silencio más sepulcral invadió todo el lugar, ya no se escuchaba el susurro del viento sobre las ramas, ya no se escuchaba el canto de las aves, tan solo era silencio…….

Pasaron los minutos, y de repente una ligera brisa comenzó a llegar a su rostro, y Khalil alzó sus ojos como queriendo esperar que había sido un sueño….

De repente, escucha aquella voz tan sutil y tan dulce a la vez: Quieres saber mi nombre??

Khalil: Sí!....

Mi nombre es BELLEZA…..
 
Nació con el don de recordar con detalles precisos cualquier rostro que viera, un don que hasta este punto de su vida había sido la mayoría del tiempo una molestia porque siempre le recordaba el rostro de esas mujeres que habían pasado por su vida y habían roto su corazón, también recordaba con frecuencia el rostro de su madre y el pesar que sintió cuando lo vio partir en medio de una discusión cuando aún era adolescente.

El como muchos seres humanos tendía a recordar solo lo malo de su vida y en su caso lo recordaba con detalles lo que era más doloroso aún, precisamente por esta condición o maldición como el la llamaba era que cada vez que salía a la calle prefería ver sus pasos que enfrentar el mar de rostros que probablemente le iban a acompañar durante esa noche.

Ese día camino a una cita médica sentado en el autobús noto en el asiento de al lado a una mujer mayor con lágrimas en los ojos viendo hacia la ventana, en sus manos tenía una pequeño relicario que acariciaba con la punta de sus dedos, normalmente este tipo de situación como en muchos casos en la vida moderna le hubiera hecho cambiar de asiento, porque la gente ya no siente empatía por las personas que lloran. Quizá porque en ese momento recordó el rostro de su madre o quizá porque no quería ser como todo el mundo opto por preguntarle si sucedía algo malo (pregunta tonta pensó en sus adentros).

Es mi hija – dijo la señora mostrando la foto del relicario- tengo años de no verla y hoy es o quizá fuera su cumpleaños.

La incertidumbre de no saber que fue de un hijo es el peor castigo de este mundo- dijo a continuación.

El mientras veía la foto recordó de inmediato ese rostro, era un joven solitaria que había conocido cuando vivía en un pequeño apartamento en el centro, su rostro era un poco más viejo que el de la foto pero los detalles, esos molestos detalles que otras veces habían sido una tortura esta vez le hacían sentirse útil.

Mas noche al llegar a su casa en su mente daba vueltas una frase y un impulso en su corazón le hizo tomar el teléfono.

Aló - dijo una voz de señora mayor en el auricular.

Hola mama, soy yo, estoy bien, te extraño mucho – dijo el mientras una lagrima que no pudo contener rodaba por su rostro.
 
Pero qué les pasa??? Estoy a punto de ir a tirarme de un puente!!! jaja! Fulano con ese relato desgarrador y Lonely con ese lleno de melancolía! Muy buenos! Lograron hacer aflorar emociones fuertes en esta lectora. :eso:
 
Nació con el don de desprender el alma de su cuerpo, más esto no era no todo por cuanto el podía interactuar en aquel plano astral con la realidad. Lo descubrió cuando era muy pequeño más no sabía que era un don.

En aquellos tiempos de inocencia el no podía distinguir si aquellos sueños algunas veces poco extraños y otras veces de dulce recuerdo eran solo sueños eran lo que eran… viajes astrales.

Hijo única de madre soltera, por lo cual pasaba todo el tiempo solo por qué su madre debía trabajar doble turno para poder satisfacer las necesidades básicas de ambos; por lo cual aquella situación era un escape a esa triste realidad… El sentía que estaba solo y que realmente no era querido

Conforme crecía aquellas situaciones eran más vívidas, y descubrió que podía manipular a su antojo lo que sucedía por lo cual se puso a investigar y se enteró que tenía este don desdoblamiento astral…

Dado a su tristeza y soledad, cada vez más fue perfeccionando ese don y podía hacerlo a cualquier momento que lo deseaba; se dice que en estos viajes existen dos planos uno donde habitan las cosas buenas y otra donde habita la maldad; el empezó a incursionar sin poder distinguir en cual plano se encontraba, siempre viajaba al mismo lugar donde se encontraba con un ente que usaba sus encantos en él, para enamorarlo

Lo que él no sabía, es que aquella dama no era lo que ella esperaba, se trataba de Alouqua (demonio femenino que también es un súcubo y vampiro que cansa a los hombres y los conduce al suicidio)

Se encontró entonces perdidamente enamorado de aquel demonio que lo único que buscaba era la muerte en el descanso de aquel solitario hombre para apoderarse de su cuerpo y ingresar a al mundo físico a ejecutar sus planes.

Y entonces así, sucedió, murió el alma de aquel hombre que lo único que deseaba era una compañía un amor, y fue engañado por un demonio que tomo su cuerpo para ingresar de una nueva manera la maldad al mundo y regar miseria por donde pasaba.

Conclusión: Enamorarse siempre será la perdición del hombre ….
 
galeria-08-Marioneta.jpg

Nació con el don de manipular marionetas. Sus dedos encarnaban a la perfección ese movimiento arácnido para hacerlas bailar. Cada una aguarda ansiosamente por un poco de su atención, desean ser tomadas por su peana, ser exorcizadas de su propio polvo y vivir otra vez. Todas anhelan este ritual de resurrección. El Marionetero mueve su mano derecha y la Marioneta el cuerpo entero; el oficio cristaliza un desequilibrio entre quienes participan, pero eso ya lo saben: no siempre la equidad es una regla.

Como quien no tiene conciencia, y no le interesa tenerla, él abandonaba a sus marionetas, las dejaba sin postura, con los brazos entrelazados y la cabeza entre las piernas. Las desechaba, las cambiaba o las reciclaba a su antojo, sin brindar explicaciones. Se hacía su voluntad, como quien reina en un mundo vacío y silente, privado de crítica y resistencia. Su cotidianidad naufragaba en aquellas sumisiones que, por muy elegantes y originales que fuesen, eran evidencia de un justo menosprecio hacia las crueles desigualdades entre ambos papeles: Marionetero y Marioneta.

Sin confabulaciones de por medio y como acto único de victoria posible, reunió a todas y cada una de las marionetas, las guardó en un baúl azul y lo colocó entre sus adornos, encima del televisor. Si vuelve, lo aceptarán bajo las mismas condiciones iniciales, sin reproches ni complicaciones. Pero, su táctica fue jugar a ser la víctima de sus propios actos desmedidos en contra de ellas, por no hablar de su placer cuando miraba exprimir sus ojos como dos grandes limones sin semilla cada vez que debía enfrentar las consecuencias de su error en plural.

Han pasado 5 meses, 17 días, 3 horas y 29 minutos desde aquel fatídico momento, es poco y a la vez suficiente, no el tiempo, sino el esfuerzo del Marionetero para no desterrar lo triste del asunto cuando se le encogió el corazón por dejarlas morir. Las marionetas ahora son un lúcido y mayúsculo recuerdo en su piel. Junto a las desatinadas ganas de engañarse, aprendió que el fracaso es el maestro de los perdedores. Ni la utilización de métodos conductuales como terapia, ni su desensibilización cognitiva podrán emblanquecer los nubarrones que con insistencia amenazan de lluvia los atardeceres de su pasado. "¿Pensarán en mí?", "¿Extrañan mi presencia en sus vidas?"...

Por fin lo comprendió: él también es Marioneta.
 

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Última edición:
Nació con el don de cumplir sus promesas, esta fue de volver a casa, dejar el hospital donde ha estado tanto tiempo.

Aunque espera la hora de su muerte recuerda su promesa. La Muerte reconoce la obstinación de aquel hombre por querer vivir y cansada de intentar acabar con él, llama al Destino para encargarse de ello.

La Muerte es un conductor cuando esta ahí sabes que todo se ha acabado, pero con el Destino nunca se sabe cuando pasara, esta solo tiene un objetivo...

Este Destino es arrogante le gusta entrometerse en la vida de los humanos, a unos los hace pobres, ricos, juega con sus sentimientos alegrías, tristezas. Es el causante de muchas cosas sobre la tierra. Pero su mayor diversión es jugar con la vitalidad de las personas disfruta cansando a los humanos llevándolos de la vida hasta su fin en un parpadeo, una y otra vez hasta terminar por consumirlos.

Cae la noche y el zumbido del viento entona la melodía del destino aun no revelado un sonido escalofriante. Esta se mueve por los rincones de la oscuridad hasta llegar entre las sabanas de la cama al oído del hombre al cual le susurra.

Te he hecho agonizar y puesto a vivir varias veces, déjate vencer y así podre llevarte con la muerte y a cambio él me dará otra vida para atormentar. Me he cansado de jugar contigo.

El Hombre ya agotado de esta lucha por su vida se le empiezan a cerrar los ojos pero el recuerdo de su promesa tal vez le haga recobrar su fuerza para abrirlos nuevamente.
Pero esta tranquilo sabe que si pierde esta batalla podrá cumplir su promesa a través de los recuerdos, que dejo a aquella persona, a quien le prometió volver...
 
#1 en FACTURA ELECTRÓNICA

Nació con el don de manipular marionetas. Sus dedos encarnaban a la perfección ese movimiento arácnido para hacerlas bailar. Cada una aguarda ansiosamente por un poco de su atención, desean ser tomadas por su peana, ser exorcizadas de su propio polvo y vivir otra vez. Todas anhelan este ritual de resurrección. El Marionetero mueve su mano derecha y la Marioneta el cuerpo entero; el oficio cristaliza un desequilibrio entre quienes participan, pero eso ya lo saben: no siempre la equidad es una regla.

Como quien no tiene conciencia, y no le interesa tenerla, él abandonaba a sus marionetas, las dejaba sin postura, con los brazos entrelazados y la cabeza entre las piernas. Las desechaba, las cambiaba o las reciclaba a su antojo, sin brindar explicaciones. Se hacía su voluntad, como quien reina en un mundo vacío y silente, privado de crítica y resistencia. Su cotidianidad naufragaba en aquellas sumisiones que, por muy elegantes y originales que fuesen, eran evidencia de un justo menosprecio hacia las crueles desigualdades entre ambos papeles: Marionetero y Marioneta.

Sin confabulaciones de por medio y como acto único de victoria posible, reunió a todas y cada una de las marionetas, las guardó en un baúl azul y lo colocó entre sus adornos, encima del televisor. Si vuelve, lo aceptarán bajo las mismas condiciones iniciales, sin reproches ni complicaciones. Pero, su táctica fue jugar a ser la víctima de sus propios actos desmedidos en contra de ellas, por no hablar de su placer cuando miraba exprimir sus ojos como dos grandes limones sin semilla cada vez que debía enfrentar las consecuencias de su error en plural.

Han pasado 5 meses, 17 días, 3 horas y 29 minutos desde aquel fatídico momento, es poco y a la vez suficiente, no el tiempo, sino el esfuerzo del Marionetero para no desterrar lo triste del asunto cuando se le encogió el corazón por dejarlas morir. Las marionetas ahora son un lúcido y mayúsculo recuerdo en su piel. Junto a las desatinadas ganas de engañarse, aprendió que el fracaso es el maestro de los perdedores. Ni la utilización de métodos conductuales como terapia, ni su desensibilización cognitiva podrán emblanquecer los nubarrones que con insistencia amenazan de lluvia los atardeceres de su pasado. "¿Pensarán en mí?", "¿Extrañan mi presencia en sus vidas?"...

Por fin lo comprendió: él también es Marioneta.

Debo reconocer que este es uno de los microrrelatos que más me ha gustado. Me gustó desde el fondo, hasta la forma, un tema muy interesante en un marco circense, me hizo devolverme a mi adolescencia, cuando mi tío tenía (tiene) en la casa un gran número de estatuillas de arlequines, colombinas, brighellas, bufones, marioneteros, malabaristas y saltimbanquis que yo me quería llevar para la casa... Él se daba cuenta de la falta de cualquiera de ellos. Solo uno y habían como, no sé, 50, 60 piezas...nunca supe como lo hacía...

En fin, excelente relato.
 
Debo reconocer que este es uno de los microrrelatos que más me ha gustado. Me gustó desde el fondo, hasta la forma, un tema muy interesante en un marco circense, me hizo devolverme a mi adolescencia, cuando mi tío tenía (tiene) en la casa un gran número de estatuillas de arlequines, colombinas, brighellas, bufones, marioneteros, malabaristas y saltimbanquis que yo me quería llevar para la casa... Él se daba cuenta de la falta de cualquiera de ellos. Solo uno y habían como, no sé, 50, 60 piezas...nunca supe como lo hacía...

En fin, excelente relato.

Gracias. Me alegra que alguien haya hecho suyo el relato. A fin de cuentas ese es el objetivo de quien se aventura a escribir.
 
Muy buenos, me gusta leerlos!
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Nació con el don de respirar debajo del agua, ella siempre lo supo pero nadie le creería, era su secreto y su única habilidad. De niña era delgada, torpe y muy fea, su madre siempre se lo recordaba, nunca entendió su constante rechazo, la manera tan fría de alejarla, desde pequeña añoró cualquier gesto de cariño, con los años llegó a pensar en que tal vez no lo merecía.

En contraste, para bien o para mal, su padre siempre estuvo ahí, era un hombre raro, inexpresivo, de pocas palabras e innumerables defectos, ella pensaba que debía quererlo. Él fue quien la llevó por primera vez al mar y por quién conoció sus profundidades, había algo enigmático en él, atrayente en cada ola que la llamaba. Desde que tiene memoria siempre sentió gran fascinación por el mar, muy pronto aprendió a nadar. Llamaba la atención que a pesar de vivir en la costa, era una niña de tez pálida y vestía con ropa muy holgada.

Cada cierto tiempo su padre le hacía regalos, ninguno le llamó particularmente la atención, pero el último fue una estructura mediana de vidrio, con un pez dorado parecido al que creyó haber visto una vez en su preciado mar. Su curiosidad la llevó a sumergir ahí a cabeza, mientras sentía como flotaban los ondulados mechones de su oscuro cabello, se detenía el tiempo, se ahogaba la culpa, y sí ella respiraba, estaba convencida de eso. Mientras seguía con la vista al pez, pensaba en que él también estaba solo, en sus ojos quedaba un mínimo destello transformado en el deseo de nadar algún día juntos en el mar. Así pasaba de día, en algún mundo lejano fantaseando con su pez, hasta que se aproximaba la temida noche.

Llegó a la adolescencia y cada vez entendía más, conocía más, y así, cuando sentía un profundo asco por su propia especie, cuando no soportaba tanta inmundicia, se iba a nadar libremente. Una mañana azul después de una noche negra, ya no pudo más, tomó a su pez y sus dos secretos y salió huyendo hacia la playa. Al ir sintiendo el agua en sus pies, la inundaba algo nuevo para ella, algo así como esperanza. Estuvo ahí nadando, se sentía liviana, ágil, agraciada. Duró ahí dentro horas, sin escuchar nada, inalcanzable, hasta que cayó en cuenta que que había pasado mucho tiempo, hizo el intento de salir, pero no, no podía, se sorprendió!: Ya no tenía piernas, ni sexo, sólo una hermosa cola roja que se extendía desde su columna vertebral, majestuosa se contorneaba soberbia.

Estaba decidida, para qué iba a regresar? Sus miedos transmutaron en escamas, y así viviría por siempre, bella, respirando y riendo dentro del agua.

Días después, a kilometros de su casa, vistiendo la más apasible sonrisa y con los ojos aún llenos de agua, varios hombres creyeron verla en una solitaria bahía.
 
Última edición:
Nació con el don de enseñar, siempre lo supo , lo tuvo presente desde muy temprano en su vida, el viejo maestro no tuvo que sufrir las indecisiones vocacionales de la mayoría de los jóvenes, mas sin embargo ahora retirado como estaba soportando mas que disfrutando su jubilación gasta sus días en repasar los recuerdos de tiempos mejores. Así fue durante algún tiempo después de llegar a su nueva vivienda, que de nueva bien haríamos en decirlo era solo una forma de hablar, era esta una pequeña casa bastante maltratada por el tiempo tanto externamente como internamente, no falto el gracioso en el pueblo con el consabido chiste de que dueño y vivienda eran tan parecidos que resultaba inconcebible que hasta ese momento comenzara a ocuparla.
Los días de este viejo dedicado anteriormente a saborear las satisfacciones del magisterio, fueron menos grises desde que comenzaron a frecuentar su casa un grupo de cuatro hermanas vecinas suyas que movidas por una piedad sin doblez llegaban a ordenar un poco aquella casa, llevarle comida o mandados a aquel viejo que como recordatorio de otras épocas aun tenia la facultad de interesar a otros sino en sus enseñanzas que fueron apropiadas en otro momento y ya no lo son; al menos si en sus historias.
La vejez no perdona y hasta irónico resultaba que pudiendo antes recordar el nombre de muchos alumnos en distintos salones, no fuera ya capaz de recordar el nombre de solo 4 jóvenes que le alegraban su vida monótona. El viejos se admiro de la infinita paciencia de aquellas jóvenes que pronunciaban su nombre cada vez que el les preguntaba, pero el mismo viendo lo incomodo de de aquel sistema opto por una solución mucho mejor: viendo que aquellas hermanas usaban distinto tipo de peinados, noto que todas tenían en común el uso de prensas , pasadores o adornos con formas de flores,frutas o cintas de colores, así pues conociendo de vista algunas de aquellas flores y figuras decidió junto a las hermanas llamarlas por aquellas cosas representadas por los accesorios que llevaban siempre en el pelo.
Un observador habría visto a un viejo llamando repentinamente a margarita, a rosa , a lila o a celeste y quizá no le habría parecido raro, el tiempo paso y el sistema de identificación se consolido de manera que las hermanas siempre usaban el mismo pasador lo que vino a facilitar las cosas a la desgastada memoria del viejo, las visitas continuaron pero con la novedad de que ya no venían las cuatro sino solo dos y parecían turnarse, al preguntar el viejo el porque le respondieron que era por sus trabajos, el viejo entendió y se alegro de que aun así siguieran yendo a su casa.
Un día al despedirse las dos hermanas que fueron ese día el viejo maestro las llamo y les mostró unos aretes, eran cuatro pares en total, anticipándose a la negativa de las hermanas a recibirlos declaro que se sentiría feliz si las 4 los aceptaran, el viejo no capto la mirada triste de ambas hermanas al mencionar que le gustaría verlas a las 4 juntas luciendolos, fue solo un momento antes de recomponerse, los aceptarlos, esbozaron una sonrisa y le aseguraron al anciano que hablarían con sus dos hermanas para que por lo menos fueran a lucirle las joyas mas tarde al regresar de sus trabajos, así el viejo se dio por satisfecho y regreso lentamente al desvencijado sillón que era donde mas tiempo pasaba.
Mientras las dos hermanas en el cuarto que las cuatro compartieron miraban con lagrimas en los ojos los aretes destinados a sus otras dos hermanas que no podrían usarlos, y no teniendo otra opción viendo acercarse la hora pactada procedían a peinarse y colocarse los pasadores de cabello de sus fallecidas hermanas y ahora a complementarlos con otro par de aretes distintos a los que les entrego el anciano maestro.
 
Ah mirá tuve un par de dedazos

*sintió

*la cabeza

y conversando ahora con fulano no sé si habrá quedado el trasfondo del relato tan claro.. pero bueno igual me gustan cuando se dejan abiertos a diferentes interpretaciones..

:eso:
 

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